Este es un suceso que si lo viéramos en el cine pensaríamos que es que los guionistas de las películas tienen mucha imaginación. Y sin embargo sucedió el pasado 16 de mayo en Sudáfrica. Concretamente en la bonita zona de Plettenberg Bay, en una de las playas de la pequeña península Robberg, zona de gran belleza declarada parque natural.
Una pareja de recién casados había alquilado un helicóptero para realizar un paseo aéreo por los alrededores. El piloto del aparato se llamaba Glenn Brown, residente del lugar, y muy popular entre sus conciudadanos. Y acostumbrado a colaborar con la polícia realizando patrullas aéreas en rescates o cuando ocurre algún suceso relacionado con tiburones. Precisamente había estado realizando esta actividad de vigilancia desde primeros de mayo, ya que se había observado un incremento de la presencia de tiburones blancos cerca de la costa.
Cuando llevaban varios minutos de viaje, a la altura de la conocida como playa Robberg 5, Glenn vio un grupo de 5 surfistas, a unos 50 metros de la orilla. Y en un rumbo decidido hacia ellos, un tiburón blanco de una longitud entre 3,5 y 4 metros. Dándose cuenta del inminente peligro y sabiendo que había muy poco tiempo antes de que ocurriera la tragedia, Glenn comenzó a descender, al tiempo que todos los ocupantes gritaban y hacían señas de todo tipo a los que estaban en el agua. Los surfistas pensaron que simplemente les estaban saludando y respondieron agitando la mano y gritando “hola” con toda tranquilidad. Mientras el helicóptero bajaba, el tiburón llegó a colocarse a 5 metros de dos de los surfistas. En ese momento, pudieron entender los gritos de pánico y advertencia y, con el tiburón al lado y sin tiempo para más, Glenn hizo descender el helicóptero todo lo posible situándolo en la trayectoria del tiburón, en el pequeño espacio entre el animal y los surfistas, quienes iniciaron un veloz regreso hacia la playa, una vez apercibidos del peligro.
El tiburón entonces dio media vuelta y Glenn lo siguió con la vista hasta que comprobó que su aleta desparecía debajo de la superficie del mar en dirección al horizonte.
El grupo de investigación de tiburones local ha comentado que en el cambio de estaciones hay un incremento de la actividad de los grandes blancos cerca de la costa y que es habitual que se acerquen a investigar los movimientos en la superficie.
Johan and Candice Bekker, la pareja en luna de miel mostraron a los surfistas fotos del tiburón (¡ojalá las cuelguen en internet, ya las estoy buscando! ) y han comentado que tuvieron casi un shock por la tensión que les produjo el estar avisando del inminente ataque y los surfistas saludándoles, sin entender sus advertencias.
¡Vaya historia, y lo mejor es que es absolutamente real!
Una pareja de recién casados había alquilado un helicóptero para realizar un paseo aéreo por los alrededores. El piloto del aparato se llamaba Glenn Brown, residente del lugar, y muy popular entre sus conciudadanos. Y acostumbrado a colaborar con la polícia realizando patrullas aéreas en rescates o cuando ocurre algún suceso relacionado con tiburones. Precisamente había estado realizando esta actividad de vigilancia desde primeros de mayo, ya que se había observado un incremento de la presencia de tiburones blancos cerca de la costa.
Cuando llevaban varios minutos de viaje, a la altura de la conocida como playa Robberg 5, Glenn vio un grupo de 5 surfistas, a unos 50 metros de la orilla. Y en un rumbo decidido hacia ellos, un tiburón blanco de una longitud entre 3,5 y 4 metros. Dándose cuenta del inminente peligro y sabiendo que había muy poco tiempo antes de que ocurriera la tragedia, Glenn comenzó a descender, al tiempo que todos los ocupantes gritaban y hacían señas de todo tipo a los que estaban en el agua. Los surfistas pensaron que simplemente les estaban saludando y respondieron agitando la mano y gritando “hola” con toda tranquilidad. Mientras el helicóptero bajaba, el tiburón llegó a colocarse a 5 metros de dos de los surfistas. En ese momento, pudieron entender los gritos de pánico y advertencia y, con el tiburón al lado y sin tiempo para más, Glenn hizo descender el helicóptero todo lo posible situándolo en la trayectoria del tiburón, en el pequeño espacio entre el animal y los surfistas, quienes iniciaron un veloz regreso hacia la playa, una vez apercibidos del peligro.
El tiburón entonces dio media vuelta y Glenn lo siguió con la vista hasta que comprobó que su aleta desparecía debajo de la superficie del mar en dirección al horizonte.
El grupo de investigación de tiburones local ha comentado que en el cambio de estaciones hay un incremento de la actividad de los grandes blancos cerca de la costa y que es habitual que se acerquen a investigar los movimientos en la superficie.
Johan and Candice Bekker, la pareja en luna de miel mostraron a los surfistas fotos del tiburón (¡ojalá las cuelguen en internet, ya las estoy buscando! ) y han comentado que tuvieron casi un shock por la tensión que les produjo el estar avisando del inminente ataque y los surfistas saludándoles, sin entender sus advertencias.
¡Vaya historia, y lo mejor es que es absolutamente real!
En la fotografía, el lugar del suceso (imagen de Google Earth). Haciendo click en ella se ve más grande y se aprecia mejor la playa.
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