sábado, abril 21, 2007

Atravesando el Atlántico a remo


Personalmente, me encantan los relatos de balsas. Esas aventuras en las que alguien con una embarcación simple, casi a ras de agua, sin motor, y empujado por la fuerza del viento y mareas va de un continente a otro atravesando enormes distancias. Me da la impresión de que los animales marinos huyen de los grandes trasatlánticos, los cargueros, que surcan los mares incesantemente, y bien que hacen. En cambio en estas balsas la comunión con el mar debe ser muy grande, mecidos por las mareas y vientos, con el casco lleno de mejillones o similares y peces dando vueltas curioseando con frecuencia.

Suelo comprar los escasos libros que hay acerca de este tipo de viajes, como las míticas travesias de Thor Heyerdahl, leyendo disciplinadamente esperando con impaciencia el encuentro (que siempre lo hay, menos mal) con ese animal sin el cual los mares no serían lo mismo; el tiburón.

Ahora la maravillosa red que es internet nos permite también accecer a historias de este tipo. En este caso se trata de la increible aventura en la que se ha embarcado Andreu Mateu, que ha finalizado hace muy poco. El 2 de diciembre salió desde Tenerife, dispuesto a atravesar el Atlántico en solitario, a remo y sin asistencia. El 7 de marzo consiguió completar el viaje llegando hasta la caribeña isla de Antigua.

El emocionante relato del viaje, sus motivos, preparación, mensajes de apoyo, fotografías, etc. lo podeis encontrar en su web http://www.conunparderemos.com/, página que si visitais seguro pasareis un buen rato evocando aventuras y paisajes azules. Como muestra, decir que salió con 90 Kg. de peso y regresó con 76 kgs.

En la web hay una sección llamada “Mis mensajes” que es una espece de diario del viaje. Hay una entrada perteneciente al 13 de febrero 2007 titulada “Menudo tiburón!!!!!”, donde dice:


Llevo ya varios años navegando y esta es la tercera vez que cruzo el Atlántico y nunca antes había visto un tiburón salvo los que se ven en el Aquarium de Barcelona, el Oceanográfico de Valencia o los que te encuentras por los despachos en el mundo de los negocios (que es donde hay la mayor colección y donde mas he visto).

Eran sobre las 11.00 de la mañana. Estaba remando tan tranquilo y, de repente, he visto como una estela de agua se abría y venía hacia mí. Lo que mas me ha impresionado es el carril que habría en el agua y la enorme velocidad que llevaba. Cuando lo he tenido como a un metro de distancia y como el bote que llevo es muy bajo y voy como unos 20 cm. sobre el nivel del mar lo he podido ver perfectamente. Era un pedazo de tiburón por lo menos de 4 metros de largo. Me he dado un susto de muerte y no solo he dejado de remar sino que he saltado del asiento y me he metido dentro de la cabina para protegerme y coger la cámara de fotos. El tiburón ha hecho un par de zig-zags, muy rápido, con mucho nervio y le he perdido de vista.

Por un momento he pensado que si me veía igual saltaba con la boca abierta hacia el barco intentando comer la carnecita tierna que había dentro de aquel cascaron de madera así como cuando tu te comes una navaja chupando la carnecita del caparazón. Y por eso me he quedado muerto de miedo dentro de la cabina asomándome por la escotilla con la cámara de fotos en la mano. Pero nada, no lo he vuelto a ver. Luego he salido fuera y he estado durante media hora mirando por todos lados por si lo veía de nuevo y como no lo he visto, finalmente me he sentado de nuevo y he seguido remando.

El resto del día me lo he pasado remando pero dando vueltas con la cabeza y mirando a los 360 grados por si se acercaba de nuevo.

Ha sido súper emocionante y puedo confirmar que si, que los tiburones llevan la aleta por fuera el agua tal y como hemos visto siempre en los tebeos y las películas. Lo he visto perfectamente. He visto como se acercaba y luego le he tenido a un metro de distancia. Impresionante !!!! Uauuuuuuu !!!!!!



¡Enhorabuena a Andreu por su increíble hazaña, gracias por este relato y espero que pronto tengamos noticias de otro nuevo reto!