jueves, noviembre 30, 2006

El tiburón y el kayak I


Hoy tengo el placer de postear acerca de esta impresionante foto que atrapa con fuerza la mirada, en la que un tiburón blanco de unos 4 metros parece seguir plácidamente a una persona en su kayak, cuyo tamaño es la mitad del que tiene el tiburón. Es una de esas imágenes que uno no puede dejar de contemplar por varios motivos.

Hay una extraña paz. El mar está relativamente en calma, las aguas transparentes, tanto que nos dejan ver perfectamente el animal que se oculta debajo de ellas. La persona que va en el kayak desprende una cierta sensación de tranquilidad, como si estuviera disfrutando del paseo en el mar (un paseo sin duda inolvidable) conocedor de la presencia del enorme tiburón, pero con una cierta calma respecto a él.
Y el tiburón, parece tener curiosidad respecto de la pequeña embarcación, la sigue, pero sin ningún movimiento apresurado, como un gatito gigante inconsciente de su poder. O consciente, pero sin ninguna necesidad de demostrarlo.

Por otro lado está esa indefensión del hombre en su pequeño kayak, esa cercanía a la costa inquietante, y el hecho de que sabemos que en cualquier momento esa aparente armonía que se deriva de esa cristalina calma del mar, esa ausencia de turbulencias que presupone movimientos suaves por parte de hombre y animal, puede romperse en un gesto brusco, repentino, que nos traería situaciones que en el imaginario colectivo están grabadas muy profundamente y que parecen inevitables cuando se encuentran hombre y escualo, esas palabras mil veces tecleadas en buscadores y ante las que se encoge la respiración: ataque de tiburón.

Sin embargo, y esa es otra gran belleza de esta foto, eso no sucede siempre. De hecho, no sucede prácticamente nunca, y esta imagen es la prueba.
Podemos dejar volar la imaginación, soñar que estamos en el lugar de ese hombre, solos en una embarcación pequeña, sin motor, en el medio del océano con el tiburón más temido y respetado, con el supuestamente implacable asesino del mar. Y sabemos que podemos disfrutar de la experiencia y volver tranquilamente a nuestra querida tierra con un recuerdo inolvidable.

Y otro factor que le da la foto un valor inmenso es que sabemos que es real. En el próximo post hablaré acerca de esto.

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