lunes, noviembre 09, 2009

Tiburón blanco sonriente



Sorprendentemente, esta imagen de un tiburón blanco de casi 5 metros, tomada en las Islas Guadalupe el pasado agosto por el experimentado buceador Amos Nachoum ha dado la vuelta al mundo, convirtiéndose en una de las más vistas del mundo durante esta semana.
Ha aparecido en multitud de publicaciones, como "curiosidad". Si sirve para mejorar la idea que la gente tiene sobre estos animales, bienvenido sea el revuelo armado.

Amos Nachoum ha realizado unas magníficas declaraciones respecto a la popular foto: "Yo estaba 100% seguro (mientras hacía la foto sin jaula). Estos animales no son las feroces criaturas mostradas en "Tiburón". El peligro está en tu mente".

Muchos medios han comparado la imagen con el simpático personaje "Bruce" de la película de Pixar "Buscando a Nemo"



Pero yo pienso que lo más interesante de todo es publicar otras fotos de la sesión de Amos en Guadalupe como la que podéis ver más abajo. El buceador a escasos metros del gran tiburón blanco sin jaula, ni protección ninguna. Desgraciadamente, pocos medios han comentado este aspecto, que tanto hubiera hecho para seguir desmitificando al tiburón blanco como ciega máquina de matar.



Si quieres participar, haciendo click aquí puedes acceder al hilo abierto por Dave en el foro sobre este tema, con más fotos de tiburones "sonrientes".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es estúpido pretender hacer creer que el tiburón blanco no es un depredador nato que pudo haberse comido de un bocado al imprudente fotógrafo.

Es un depredador y cumple su función. No lo pinteis de color rosa porque es estúpido, tanto como el fotógrafo.

Anónimo dijo...

ese buceador tuvo muxisima suerte de k no se lo comiera pero yo creo k fue muy imprudente y muy pero k muy estupido.
akien se le ocure parase a acerle una foto a un tiburon, se lo podria aber comio de un bocao.

Jose dijo...

Estáis ambos muy equivocados.

Nosotros nos bañamos, buceamos, nadamos, surfeamos, en el mar millones de veces cada año.
Y los tiburones "saben" (nos notan, nos detectan) que estamos ahí.

Y aún así, el número de ataques es estadísticamente ínfimo.

Mucha más gente muere atacada por nuestros amigos los perros domésticos cada año en las ciudades, que por ataques de tiburón. Y sin embargo, siguen estando en nuestras ciudades, viviendo en nuestas casas.