El pasado 16 de septiembre Jessica se encontraba practicando surf en Flagger Beach (Florida) en solitario. Era domingo, muy temprano, y escuchó un fuerte chapoteo cercano. Cuando miró pudo ver un tiburón de gran tamaño, probablemente un tiburón toro (carcharinus leucas), que rápidamente atacó dando un gran mordisco a la tabla. Jessica cayó al agua, se subió rápidamente de nuevo, y según cuenta le propinó golpes con la rodilla y con la mano al tiburón en la cabeza y ojos, mientras se dirigía velozmente a la orilla, asustada pero ilesa.
Posteriormente, las autoridades cerraron la playa mientras buscaban al animal por la zona. Después de dos horas sin encontrar ningún rastro, las playas fueron abiertas de nuevo, como cualquier otro domingo.
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