Según informa El Día, “Un cachalote de ocho metros de longitud ha sido encontrado varado en la playa de Arenas Blancas, del municipio de La Frontera, en la isla canaria de El Hierro, con señales de avanzado estado de descomposición y mordeduras de tiburones a lo largo de todo su cuerpo.”
“Mostraba diversas mordeduras de peces por toda la grasa, concentradas principalmente en la zona genital, la cola, el dorso, la garganta y la mandíbula inferior.”
Y además comenta que, por se han encontrado organismos adheridos a la carne del animal, lo que demostraría que llevaba varias semanas muerto y que ha estado a la deriva hasta quedar varado.
Y yo quiero añadir que estaría sería en extremo interesante, aunque no creo que se haga, analizar esas mordeduras de tiburón encontradas en el cuerpo del animal de un modo tan evidente. Medir el radio, la forma de los desgarros, e incluso algún diente que haya podido quedar en el animal (ya sabeis que al morder, los tiburones pierden dientes con facilidad, que luego reponen desde las filas posteriores). Y digo que sería muy interesante, porque una presa de este calibre seguro que atrajo a los tiburones más grandes que estuvieran por la zona, y sería una manera inmejorable de intentar averiguar las especies y el tamaño de los tiburones más grandes alrededor de la isla de El Hierro.
Pero claro, igual esa información no es interesante para la industria turística española, que en lugar de ver al tiburón como un posible atractivo (como es en otras zonas del mundo), lo sigue viendo como algo cuya existencia hay que ocultar.
La imagen corresponde a un cachalote que apareció en Puerto del Rosario, Fuerteventura, hace unos años.
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